Diseño y carácter se unen en esta tienda de 230 m² ubicada en el Open House del MUT, donde el interiorismo se concibió como una experiencia sensorial completa. Desde el inicio, el proyecto se pensó más allá del simple espacio comercial: la distribución del mobiliario, los recorridos y las visuales fueron diseñados en función de cómo debía sentirse el visitante al descubrir el mundo del chocolate artesanal.
Cada decisión fue tomada con la mirada puesta en la experiencia del usuario. Los muebles exhibidores y las vitrinas de apoyo fueron diseñados a medida para exponer tanto los productos como la esencia del proceso de fabricación del cacao. El corazón del proyecto está en sus mamparas de cristal, que abren la visual hacia las máquinas donde se elaboran los bombones en vivo, invitando a los visitantes a ser parte del proceso creativo.
El espacio también integra mesones de talleres, concebidos para acoger actividades y degustaciones, transformando la tienda en un punto de encuentro entre diseño, gastronomía y experiencia. La paleta de materiales combina madera natural y verde botella, evocando los paisajes y la elegancia de Ponte Chiasso, Italia —lugar que inspira su nombre y estética—.
El resultado es una tienda que no solo vende chocolate: lo celebra. Un espacio donde cada textura, vitrina y detalle refleja el equilibrio entre tradición, diseño y una experiencia inmersiva que transforma la visita en un recorrido lleno de sabor y sofisticación.